EL JARDIN
Entre cuerpo y alma, entre espíritu y materia,
allí encontraras la presencia divina en toda
su gloria: Torat Shmuel, Drushei Jatuná
Uno no escribe un poema por capricho.
Uno no juega con la conciencia porque le da la gana.
La necesidad explica la entrada en El Pardés,
el jardín de su alfabeto, el árbol de su tierra.
Uno no juega con la conciencia porque le da la gana.
La necesidad explica la entrada en El Pardés,
el jardín de su alfabeto, el árbol de su tierra.
Para causar un poder-ser uno invoca la Esencia,
el núcleo de su ser y su palabra, y Ella es
como una estrofa ausente, lo más apetecido,
razón del esfuerzo, raíz del objetivo.
Ayuda unitiva para verse a sí mismo
en afán de digna semejanza, en mutuo trazo,
en medio del jardín de la presencia,
quiere el que implora un fruto
y su mano levanta a la ciencia del árbol.
en afán de digna semejanza, en mutuo trazo,
en medio del jardín de la presencia,
quiere el que implora un fruto
y su mano levanta a la ciencia del árbol.
Y el diciente sale del muerto centro
de sus indecisiones. Escribe esa invocación
tan espontánea, asciende a pactar
con esencia que huyó de sí
como una amante, sin fruto, en lamento.
pero apetente del gesto subjetivo
que no monologiza, el varón
con su cósmica estámina.
de sus indecisiones. Escribe esa invocación
tan espontánea, asciende a pactar
con esencia que huyó de sí
como una amante, sin fruto, en lamento.
pero apetente del gesto subjetivo
que no monologiza, el varón
con su cósmica estámina.
Uno no escribe el Poema por neutra costumbre.
O lo repetitivo de mecanicidades.
Uno cree que la sinceridad sirve para algo,
que el coraje es una técnica, desespero
que abre camino, toca puertas invisibles
Un poema es un viaje al Pardés,
al lenguaje profundo y solidario.
O lo repetitivo de mecanicidades.
Uno cree que la sinceridad sirve para algo,
que el coraje es una técnica, desespero
que abre camino, toca puertas invisibles
Un poema es un viaje al Pardés,
al lenguaje profundo y solidario.
16-6-2000
PROFECIA DE LOS PUEBLOS HOSTILES
Sal o serás sal, sal de donde no has querido,
sal. Como Sara, sal como esfigie.
¿Qué harás con los muros que en miedo
contienen tu alma? ¡Ay, Tirzah!,
¿qué harás con los muros de la incertidumbre?
… porque, si te alejaste de la Luz y el sol no renace
y te quedas con la porción de oscura arcilla,
que no tiene vida ni amor... tu cultura no me sirve,
Un pueblo hostil, aunque reclame su alma
no me sirve, hombre hostil.
Será exceso de sal con toda su alma.
Ya su sabor no es grato.
2.
¿Qué harás con la violencia y las tinieblas
solo heridas por ráfagas de metralla y bombardeo?
¿Qué harás con quien escupe su temor sobre la luz
del Menorah? ¿qué... con nómadas amorreos
que van, de montaña en montaña, destruyendo
el lugar de la verdad?
¿Qué harás con los hicsos que te buscan en Egipto
y odian tu simiente en Canaán?
¿Qué harás con los hititas, con egipcios
y otros Pueblos del Mar?
¿Le ofrecerás tus virtudes miserables
como quien ofrece el himen de sus hijas?
… por algo te digo, abandona Canáan,
No existirán más pueblos que se humillen
de ese modo... humillando ellos a oitros.
Prefiero reiniciar la tarea
y hallar barro y rehacer las generaciuones
o sacar un pez del agua sin tu alma.
3.
¡Tanto pirata que te busca, pueblo mío, y tú...
sin Atum ni Ra, y tú, con la Verdad atada
al látigo de escombros! y tú, en monedas
como cascote o redomón que se paga
con circular sedimento en la boca.
Con una moneda crees que cruzas
un puente y bebes aguas del olvido.
¡Qué poco damos por la curación del mundo
en el sesgo de punto ciego de Canaán!
y yo que... elegí tu arquetipo, Lelolam,
porque en la guerra se prueban
lo que se aman y fe de tal amor
instruyo por los caminos...
y en Palestino se ha probado
que no amas del modo que creí.
4.
¿Qué dirás al amorreo, al hicso,
a los hurritas, a los hititas y egipcios,
qué dirás a los pueblos del Mar,
en el crisol de la quema, cuando destruya
a Sodoma, a Zeboim, a Adma, a Gomorrah,
y tu, en desobediencia,
te hagas sal y sea por tu mano
que destruyas a Palestina... y tú no eres
Dios... para comerte a ciudades enteras
y sumirlas en desolación...
yo, del mismo modo,que recompenso
a quien en mí busca, la tierra de su libertad.
paralizo la boca jactanciosa,
la dulce boca de Sara,
la hago SAL... en medio de los caminos.
Con actos de sal, el perverso se condena
y escribe su fracaso en bitácora
de vergüenzas, SEFER KLELEQ, y en su nuca rígida
arde mi espada que doma al obstinado
y lo hiere como a buey / toro de su doma /
bestia de su fragua /piedra de su alquimia...
si no obedece, lo salo.
Y esta es mi advertencia: Israel.
Sal o serás sal, sal de donde no has querido,
sal. O coomo Sara, de sal será tu esfigie.
CARLOS LOPEZ DZUR
Del libro TETH, MI SERPIENTE
____
Edición CreateSpace / Amazon
2013 / Primera edición
Teth, mi serpiente / poemario
Carlos López Dzur /. Derechos reservados
ISBN-13: 978-1494317607
ISBN-10: 1494317605
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