Monday, August 11, 2014

TIPOS FOLCLORICOS, PINTORESCOS Y POPULARES

CONTENIDO

 EL PROYECTO / CAP. UNO /  CAPITULO DOS


1. DEL PROYECTO

Elaboro una monografía sobre gentes que en San Sebastian del Pepino han configurado sus espacios de empatía, evocación de nostalgia y epocalidad. A estos suele llámarseles TIPOS FOLCLORICOS, PINTORESCOS y POPULARES. Es gente que se aceptan como un sello de marca, como si dijeran: «Hecho / o sucedido en / Pepino». Ellos mismos crean o comparten los 'espacios de empatía', es decir, momentos de interacción cariñosa, aceptación, identificación y admiración, por las memorias que evocan en la comunidad y que se reciprocan, en cuanto son los individuos que han marcado al pueblo con su sabor, manera de ser particular y la necesidad con que se reacciona colectivamente al vínculo.
El tipo folclórico refrenda la cultura del jíbaro o campesino por antonomasia y que en el contexto de Puerto Rico data desde temprano en la colonización española. Y el término 'jíbaro' no sólo fue de uso en Cuba y La Española, sino donde quiera que se poblara una isla por los taínos, pues el vocablo y hábitos de esta gente taína llegó con los pueblos originarios en su viaje por el Caribe, desde lo que hoy es Venezuela. «Jíbaro quiere decir hombre de la montaña, o gente del bosque, y teorizamos que fue una forma en que se autodenominaban los habitantes de Boriken. En Pepino fue igual. 

Y el hecho de que de las rutas de la Guaira venezolana, la Amazonía, las Cuencas del Orinoco y las Guyanas, viniesen los indios y sus dialectos, no quita el respeto que el campesino blanco tuvo a éstos cuando los encontró en la montaña. Para algunos con la palabra jíbaro se nombra al poblador blanco de las montañas, pero el regionalismo que valida los contactos se fundará de facto cuando se piensa en la jibaridad como «…lo más entrañable y puro de la nacionalidad puertorriqueña».


En el libro El Gíbaro (1859) de Manuel Alonso. todavía hay resabios de una referencia al campesino puertorriqueño, como uno «bruto, vicioso, mal vestido, ignorante y violento», pero eso tuvo que cambia y, cuando sucedió, se iniciaría lo que llamaré el 'espacio de emnpatía', espacio que no es la perspectiva de la élite europeísta isleña, sino un solver entre distintos grupos que contribuye a partir del jíbaro y su cultura, dentro de un folclor, a irse-resolviendo-avanzando- y positivamente en pro de la descolonización ideológica.

Me impresiona gratamente cómo Andrés Méndez Liciaga en su obra Boceto histórico del Pepino describe el ciclo de lo que fue la herencia y convivencia en nuestro primer espacio de empatía. Méndez lo hace al describir los Usos y costumbres de Nuestros Antepasados a fines del siglo XVIII y señala que son «comunes a la raza india que fue la primitiva pobladora del país... Generalmente, las casas que tenía entoces... ofrecían la misma construcción que las de la raza india» (2da ed., pág. 21), «por lo general» (esos pepinianos del espacio-material y emociona 'fundacional') «dormían tendidos en hamacas, colgadas de las vigas que servían de sostén al techo. Las camas eran un tablado áspero sobre el que tendían un jergón de yerbas secas, y las llamaban barbacoas», «por lo general comían en el suelo, en la hamaca y, a veces, lo hacían en las escalefras de la casa» [p. 22].
Lo que sabía el campesino del indígena es mucho más qjue especulación, pero hubo que consultar con aquello sustratos indígenas que dejaron sus nombres en la toponimia de muchos de nuestros barrios y su impronta más o menos en la genética del futuro pepiniano.

Una parte de la importancia de ir recogiendo recuerdo de nuestros TIPO FOLCLORICOS, PINTORESCOS Y POPU-LARES, es que la tarea sea más fácil cuando de aquí a los próximos cien o 200 años pensemos en nuestros espacios de empatía cultural y querramos evocar con nostalgia a la epocalidad que desaparece, o va perdiendo la influencia de su prestigio frente al progreso o la tecnología, como sucedió ya que no hay aguadores que nos vendan el agua a domicilio y ellos mismos hayan sido los que cavaron pozos, o la acopiaron de ríos, chorros o manantiales, para llevarla al pueblo, cuando no había acueductos...

¿Quién recordaría con nostalgia a carboneros, carreteros,  pregoneros, lecheros a domicilio, colchoneros, faroleros / serenos cuando no había luz eléctrica? ¿Cuánto han variados los DECIRES, refraneros, trovas, costumbres y cultura de jíbaros auténticos? antes orgullosos de sus aportes, en las artesanías y la música.

Y hay tipos folclóricos, vibratorias resonancias espirituales del jíbaro y el campesino ancestral. porque aunque más pobre unos campesinos que otros, en conjunto, exploraron los valles y las alturas de tierra adentro, y por dinámica cultural crearon tradiciones, movieron su afecto y dones de alegría, e.g. su música, sus décimas, lo jolgorios o bailes en que se compartían / el jaleo, pese a la pobreza de los albores del Pepino.

Y con los bailes, el compadrazgo, las devociones, o como se aprendió del taíno, hacerse artesanalmente de algunas silletas extras (los tures) para ser hospitalarios y fumarse sentado en la hamaca unos cigarros. En ese tiempo, antes de 1,800, casi todo campesino anda «descalzos de pie y pierna», (p. 18) como dice Méndez Liciaga, pero ya 150 pequeñas haciendas y dos hatos. Ese primer campesino es más un criador de vacas, novillos, cabras, cerdos, mulas y caballos. Ese pepiniano ganadero es el que se festeja en la Tradición de la Novilla y la Dama Titina. Es el que produjo una de las primeras costumbres y fiestas colectivas: las CORRIDAS DE CABALLO.... pero 30 o 50 años después, después de 1820, y los deslindes de tierra de 1825 y los nuevos inmigrantes, la agricultura se impone y con ella latifundios y una nueva manera de trato. Ahora sí se sabría quién es quién en Pepino y, sobre todo, quien entrará humildemente a los espacios de empatía porque es generoso, servicial, simpático y bueno. El pueblo llano es juez.
Con la última emigración venezolana y cuando ya El Pepino de 1828 tiene más de 8,632 pobladores, se tiene que entender el impacto y evolución que causa en el pueblo una nuevamente economía, con una élite de inmigrantes pudientes y 615 esclavos a su servicio. Hay 16 extranjeros y 112 emigrados al Pueblo. 

Hay diferenciaciones racistas, no necesariamente censales. Se distingue entre pardos y morenos. ¿Qué se quiere decir con 670 pardos, a diferencia de los 40 morenos? No importa. La gente de esos tiempos los acogerá en el espacio de empatía que les corresponda. Lo que si es, económicamente significativo, es que ya no hay casi bohíos en la zona urbana. Se vive en casas. Donde abunda el bohío es en el campo, donde hay tantos como casas hay en menos número / 557 a 540. Del campo procederán casi todos los pepinianos que viven arrimados, compran en el Casco Urbano y tarde o temprano se convierten en VENTORRILLEROS.

En este libro en proyecto, explico que hay diferencias entre los tipos descritos: Unos por el interés social de lo que hacen, el asomo progresivo de lo urbano; otros porque vienen de la Tradición del Folclor de Campo y otros porque son PINTORESCOS y en una transición, que revela la pobreza económica y lo que se deforma, se va en picada y se vulgariza; pero se tolera y no desaparece. El folclor cambia con todo, resiste hasta donde puede, deja huecos de nostalgia; pero cada uno tiene su peculiar estado de empatía, su propia narrativa y oralidad.
Entre los tipos folclóricos que pueden ser todavía investigados / recordados / porque fueron 'jíbaros bragos', mencionaría algunos de los investigué algo de su oralidad:
* Guilimbo
* Don Lion, el Levitante
* Moncho Prieto el Carretero
* Pantaleón Chiviricui, el rimador

Entre los TIPOS PINTORESCOS mencionaría a gente que siendo buena no son los ideales modelos a seguir: ya sea porque son irreverentes, excéntricos, chistosos, callejeros. Bullangueros. Convocan a risa y choteo. No hay que considerar en la categoría de los tipo a criminales, borrachos, o seres morbosos, como si fuesen típicos de un espacio de empatía. Sobre todo, iene que haber una razón para quererlos. A veces la etnicidad o sus referenntes, lo que le hace entre popular y pintoresco. Divierten, pero la comunidad los valora, estigamatizándolos, los apoda conforme a sus oficios o defectos humanos, así por ejemplo:

* Pedro el Negrito
* Molina el Bailarín
* Sopanda
* Rey (Castro) el Bobo

* Nico Chavito (un serenatero)
* Nabel, 'violinista callejero, como el mismo se hacia llamar, ademas ejecutante fino que a veces opacaba a Raul Hernandez, el papa de Sophy en la ejecucion del violin en las serenatas que eran parte de nuestro disfrute': Neftalí Santiago


* Guillé el Loro

* Rafa Te Vi 

* Pelo'e rata / el flautista / Bobo Sano

* Loro Guillé / La Enciclopedia Ambulante

* Moncho Bonito

* Ché Pelao

* Lolo Puya

* Jenjibre

La categoría final es el TIPO POPULAR. No es necesariamennte ni chistoso ni pintoresco. No revela un folclor particular; pero es una persona querida en el espacio de empatía de su comunidad. E interesante por un valor histórico de su origen o esfera de acción.

* Victor Primo el Caballero
* Mantillita La Beata

* Chencho el Abejón / cargador 

* Viejos guardias
* Viejos alcaldes
* Tono Toribio / chofer de carro publico
* Espiritistas / santigueras
* Quincalleros /  Agustin Pitirre, quincallero,

* Cartero: Julio Sosa


 «Sr.  López: hablar de nuestro padre es muy simple, porque asi era él, simple. Siempre alegó que  Dios le había dado más de lo que él merecia. 
Casado con una niña de familia acomodada de un apellido importante en el pueblo, que estudió en EEUU para aquella época, de nuestro padre aprendimos lo que era la vida con los pies en la tierra. Siempre nos decia quE SOLO DIOS VEIA A TODAS LAS PERSONAS IGUALES, pero que la gente no, por lo cual sólo nosotros eramos arquitectos de nuestro propio destino, y cito. Nuestro padre amò su trabajo en la calle con su gente, nunca quiso cambiar a su gente por un 'Counter' en el correo. Inteactuar con su gente era su vida. Anécdotas tenemos miles desde leerle telegramas y cartas que le enviaba José Feliciano (el cantante) a su abuela hasta cantar serenatas con Sophy Hernández, Raul Hernández, su padre, cantar con Guito Vadis, Scharon y de paso darse pal de palitos La navidad era una oportunidad que el no perdía para estar con su gente en la calle como el decia, comia comida navideña en cada casa, leia cartas a los viejitos de los familiares que vivian en los Nuevayores, lo llenaban de regalos que mi madre, mi hermano y yo teniamos que buscar para que el pudiera continuar su ruta. De nuestro padre aprendimos a saludar a todas las personas igual y con el mismo respeto, aquello de acentuar palabras esdrújulas, 2+2, y tablas de multiplicar era el trabajo de aquella niña de familia acomodada que habia estudiado en EE.UU. El aunque brillante con un inglés perfecto preferia enseñarnos el arte de la naturaleza, de la bondad, la sencillez, de labrarnos un camino de excelencia profesional para ser seres humanos de quien la gente tuviera un recuerdo simple, simple como era la naturaleza y como fue él»:  Testimonio de Madeline Sosa-Martínez, hija de Julio Sosa, el cartero .
ADENDUM: «A su paso por 'Estalingrado' y Tablaestilla ayudaba a los muchachoa  a hacer proyectos y asignaciones haciéndole ilustraciones que después  ganaban premios en las escuelas, ja...ja;  asi obtuvo varios premios en diferentes ferias científicas»: ANECDOTA DE MADELINE SOSA

* Publicistas /

* Coheteros

* Doña Bisa

* Limpiabotas

* Comadronas
* Mama Isaías, la partera
* Doña Monsa, partera
* BoticarioS
* Juaniquillio, electricista
* Revendones

* Choferes / Grueros

* Boliteros

* Loco Olivencia

* Chilín el Malo

* Bernardino, el Barbero de los Ricos
* Matacerdos
* Eduardo el jorobao de Pueblo Nuevo
* Santo el Sordo
* Guillo el Soco
* Pablo Carajito, chofer
* Coqueto
*Don Chelo el de la trapera
* Otlio Fuentes el Zapatero
* Don Aolfo Cardona del School Supply
*Angel Mendez 

EL PROYECTO

  CAPITULO UNO /  CAPITULO DOS




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