Friday, July 4, 2014

EL HIJO AJENO, BAJO UNA MIRADA LIBERTARIA

CAPITULO 34
EL HIJO AJENO, BAJO MIRADA LIBERTARIA




Esta relato sobre historia y política del anarquismo finisecular en el Caribe es útil en cuanto desde círculos de la izquierda y derecha estadounidense el influjo del anarquismo español se falsea por no ser bien conocido y, aún menos comprendido. Los errores interpretativos en torno el anarquismo que provino de España y gravitó poderosamente en el Caribe antes de 1898 arrancaron con la versión admitida que se fijara como «the standard Marxist accounts of that movement, its politics and its history»… Véase en la red electrónica: Anarchist Writers / PageAbode: http://anarchism.pageabode.com/afaq/append32.html).


Resumiría, por lo menos, entre esos errores, varios  que fueron fundamentales: (1) reducir a los anarquistas españoles a rebeldes primitivos (como les etiquetara Eric Hobsbawm, miembro del Partido Comunista Británico, en su libro Primitive Rebels; (2) describirlos como grupos religiosos o «milenaristas»,error en que incurre Hobsbawm, Gerald Brenan y Franz Brokenau, quienes concluyeron que («el Anarquismo es un movimiento religioso»), eco de Juan Díaz del Moral, hacendado, abogado e historiador quien a su vez decía que «la moral the moral y la pasión de los obreros conscientes ... era absorbida en sus panfletos y periódicos, afinándose entre frenéticos creyentes como una nueva religión» [The Anarchists of Casas Viejas, p. 5f]; (3) falsa es la idea de que se constituyera como grupo «pre-político» (tal como los 'primitive rebels', bandoleros o rebeldes originarios, una facción utópica o, «fundamentalmente irracional, incapaz de comprender las fuentes de su infelicidad y no apta para definir sus propias metas políticas y tácticas y, en su defecto, filtrando a través de ingenuas teorías», por lo cual, había que negarse para ellos la noción de que son personas sensibles, seres humanos inteligentes que luchan y merecen una vida mejor. Sin embargo, los historadores muchas veces patrocinan actitudes hacia ellos que son prejuicios y disparates. [1]           


En la prensa de 1880 y durante el largor del siglo XIX que J. C. Barbosa, catalogara el marasma de los hijos ajenos, código de lenguaje político que se lee como el de la voluntad enfermiza de «los dueños y señores de la situación política y económica del país», «ellos, los exóticos», tenían el control del comercio, la industria y la agricultura. En tal marasmo, los hijos ajenos se daban el lujo de contratacar al pensamiento anarquista incipiente, con su peculiar «trasfondo ético y didáctico muy en consonancia con sus ideas modernizadoras y libertarias». (R. L. Acevedo, Antología crítica de a Literatura Puertorriqueña, edi cit.) Habia que jugarse el pellejo con la prensa de los favorecidos comerciantes peninsulares que aplcaban a los criollos la ley del embudo. El colonialista metropolitico en la economía insular, diseñaba las injusticias con sus instituciones judiciales y sus tribunales parciales y se burlaba de todo y de todos.

Mas un dia se encontró que, en este particular siglo de influjo anarquista, ya no seria posible. Hacerlo levantara roncha aunque al parecer el tema fuese tan trivial  como música, habitos alimenticios, el guiro o las costumbres del borincano. Ciertamente, con galas de ironia racista, un periodista español que pasaba por Puerto Rico (Manuel del Palacio) dispuesto a burlarse de los ‘placeres deliciosos’ de nuestra gente halló respuesta y ese dia enseñó mucho a la voluntad de cohesión puertorriqueña y ante la crisis del marasmo. Valdria destacarse esos años de 1873 y 1874 por la polémica desatada entre El Caribe (seudónimo del médico y poeta José Gualberto Padilla) y el fulanista.

He aquí una fórmula con que el pensamento anarquizador y modernizador se filtrara en el sistema de embudo, censura e intolerancia del dominio metro-politico y del Hijo Ajeno, porque no puede ser hijo propio de Puerto Rico uno que halla objetable comer mofongo, el placer del abanico, tener muchos hijos, sacar música a la güira y describir al negro como mico: Tales son los placeres deliciosos / de este vergel de suegras y de suegros, / do muchas tienen hijos y no esposos… / do no cesan del güiro los allegros / y son los negros sucios y asquerosos / ¡y lo mejor de todo son los negros! (cit. de Manuel del Palacio).

La respuesta de Padilla es la primera polémica cultural de la historia de un pueblo ya formado como puertorriqueño y a quien Alejandro Tapia y Rivero le da estatura para reclamar un lugar intelectual en la histora y el Dr. Ramon Emeterio Betances un apostolado de libertad.

Desde 1857, cuando Jose Gualberto Padilla, regresa en Puerto Rico, graduado de medico en la Universidad de Barcelona, trae el germen de la poesía, del ‘trabuco’ de la critica política y de un credo anticolonialista. Tiene la valentía de un profesional sincero y comprometido con su pueblo. Fue perseguido por suscribir y afirmarse con el Decálogo de los Hombres Libres de Betances y, a partir del Grito de Lares (de 1868) encarcelado.

Uno de los interesantes méritos de este vegabajeño es la visión asignada al periodismo, tal como se expresa en su premiado poema Contra el periodismo personal, publicado en 1880 en el periódico El Buscapisés. 

Con un estilo preciso, elegante y armonico, después que su polémica con Manuel del Palacio se hizo famosa en Espana y en Iberomamerica, con el lema Para un Palacio, un Caribe. Puerto Rico entenderá lo que este jibarilo siente. El en su perífrasis del soneto Puerto Rico del periodista de marras, describe a un Hijo Ajeno, la metáfora secreta y en su obra total, contenida en dos libros póstumos, En el combate y Rosa de pasión,recopilados en 1912 por su hija Trina Padilla de Sanz, populariza ideas de combate y de agudeza orientadora para identificar a los peninsulares, favoritos del sistema y únicos que podían ocupar los puestos y cargos públicos. El Caribe los describe como aquellos que en la sociedad hacen el papel de micosy, desde sus ponzoñas, destilan ‘el chiste inmundo, fétido y salobre’, siendo gentes que ‘han llegado a tal punto en lo asquerosos / que repugna a los blancos y a los negros’. Las verdaderas turbas que Puerto Rico conociera estuvo constituida por gente que no sustentaria la esperanza, ni la idea del anarquismo verdadero y gente que, por amibicion, anularia  los potenciales de otros pueblos:


—Imbécil turba, que orgullosa y vana
insultas mi pobreza,
porque ignoras tal vez, que no hay una mañana
que por donde muere el hoy seguro empieza.
Dirige a esa mañana la mirada
que el orgullo alimenta
y veras cuan trocada
nuestra existencia en el se representa…
(…) Mas mis hojas rugosas
son para ese mañana una esperanza
mientras que vuestra flors engañosas
emblemas son de rápida mudanza.
[…] Yo crezco lentamente, pero crezco
vosotras vegetais;
yo, para aquel mañana me engrandezco,
vosotras para el hoy os adornais.
[…] Mañana vuestras flores matizadas
Tenderanse a mis pies como una alfombra,
esperando humilladas
que mi altiva corona le de sombra.
[…]— Imbécil turba y orgullosa y vana,
no insultes mi pobreza
y no olvides jamás que hay un mañana,
en donde muere el hoy seguro empieza
[…] Asi dijo la palma a las retamas,
las cuales de su orgullo vergonzosas
lágrimas destilando por sus ramas
a la palma regaron cariñosas.


Este poema La palma y las retamas es un ejemplo del contenido social de la poesía de Padilla. Da en su extenso poema A Puerto Rico una visión que es la que, pasados los siglos, seguirá teniendo como su ideal. El poema contiene para la posteridad lo que le acarreara destierros de su isla debido a que los Hijos Ajenos / intolerantes / son insensibles a entender que siendo retamas presuntuosas el espíritu no crece.

Vemos al doctor Padilla, pese a su ideología separatista y liberal ganar las simpatías y el respeto de las masas y ser electo como Alcalde de Vega Baja cuando las estructuras de dominación quedaban cuestionadas desde España y se concedían por breves periodos los espacios justos de representación para los partidos liberales. Parece impensable que un ex miembro de la Junta Revolucionaria de Vega Baja, encarcelado en Arecibo por independentista, haya sido un hombre reclamado por sus conciudadanos para que brindara servicios a la salud política de la patria, asi como al ser médico se le facultaba para dar salud a los enfermos. Pero esto sucede porque el único hombre que puede ser anarquista, funcionar como tal y ensenar, su idea es un hombre libre. Uno que no se sienta atado a «ruines vicios de recuerdo impuro» «ni sueños locos de ambiciosa gloria» (Padilla), tal es la ideología del Hijo Ajeno, indecoroso para Puerto Rico, hijos de «guerrera saña que demanda despojos», tras someter a tribus «de raza orignaria y con instintos nobles, bienhechores», tribus donde este habitante vivió feliz porque «ni esclavos tuvo ni sirvió a senores».

Hay un bello fragmento del poema A Puerto Rico, donde el Dr. Padilla describe al taíno que fue cimiento etnico de la puertorriqueñidad: ‘Agreste raza’ que admira mas por su estilo ‘sobrio y frugal’ de vida y su condición de labrador activo y su sentido de hospitalidad. Contrasto ello con las actitudes de los europeos / hijos ajenos / que arribaron a las Antillas como invasores. En resumen, lo que destacaría de Padilla es un principio que encarnara y aprendiera, dejándolo expresada en su obra. Era un hombre de extracción europea que se sintió étnica y socialmente identificado con el indígena, o sustrato de otro pueblo, y totalmente libre para apreciar la libertad de ese indígena, ‘tan libre como el aura fugitiva’. Eso enseñaba el Caribe. Se sabia con el derecho a explayarse satíricamente desde su Zoopoligrafia en critica a ese animal politicus de España y cuando el comportamiento político es tan animalesco como resolver todo con la fuerzas de las armas y la agresión, menos.

El Dr. Padilla estaba, como estudiante en la España que describe, cuando le sorprendieron en Santiago de Compostela las Guerras Carlistas, mismas de la que no tendría buena opinión. De periodos anteriores tampoco. La historia da cuenta que el intervencionismo militar español en Sicilia y Nápoles comienza con los hijos y parientes del Carlos III de España; Fernando I (Fernando IV); Fernando II, hijo de Francisco I, quien fue llamado el rey Bomba y subió el trono de Italia en 1830. Durante una insurrección (1848-49), él bombardeó varias ciudades de Sicilia (de ahí el apodo: Rey-Bomba). Su reinado se caracterizó por una serie de conspiraciones y revueltas.

El Hijo Ajeno que Padilla combate tan elegantemente como hizo con Manuel del Palacio, desde un poema, es el mismo que puede raflorar con gente recalcitrante como fue en Pepino Pedro Arocena y Ozores, Cheo Font Feliú, el Pie de la Espada Blanca, e infinidad de otros pepinianos que si de algo han sido responsables es de discriminar, encarcelar y perseguir a los patriotas.

El Pie de la Espada Blanca es otro código del lenguaje político durante el siglo del marasmo político. Font Feliú fue un justificador del Hijo Ajeno. Solo que él pensaba al revés. Los hijos ajenos son los puertorriqueños que no aman a España. No la España que no ama a los puertorriqueños. Para el, el único bastardo es el ignorante malagradecido que trabaja poco y se levanta en rebeldía contra el productor de riqueza. Llamar al invasor como Hijo ajeno es anarquismi que debe castigarse. En mis entrevistas con el Lcdo. Pedro A. Echeandia, éste refería que solo pistoleros, terroristas o camorristas, son dignos de tratarse y llamarse ‘hijos ajenos’, ‘hijos de puta’, ‘bastardos de la patria’ y solian ser, en la historia reciente del anarquismo y la violencia vivida en España, los anti-canovistas y la gente de La Mano Negra.

No esperaba que mis relatores, que no son especialistas ni historiadores en el tema, estuviesen tan empapados en detalles, aun  avidos dar nombres de anarquistas conocidos en la península o migrados a las Antillas. O los que conocieron aqui. Como investigador, quise que se circuncribieran a lo ocurrido en el Pepino de 1898 y como reaciono la familia. 

En su caso, lo entrevistaba porque tenia nexos directos con Cheo Font Feliu y otros familiares suyos / primos y tios / que que sufrieron quemas. No obstante, para fines de una Historia Oral, Don Pedro Antonio fue muy útil para reconstrir la historia de etapas tempranas de la historia del Pepino y de la actividad politica de su familia y otras.

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